Política y ciclismo

Me gusta el ciclismo; un deporte que sigo desde que era crío, cuando pasaba las tardes preparando las chapas de refrescos que después, vestiría con los colores de los equipos que corrían en las tres grandes: Giro, Tour y Vuelta. Reynolds fue mi equipo. Y después, Banesto, Illes Balears y ahora Movistar.

Buena parte de mis referentes deportivos son ciclistas: Perico, Indurain… Además, es un deporte que practico desde hace años; primero con una vieja bici de carretera prestada por mi tío Juanjo; después, con varias bicis de montaña ya de mi propiedad.

Con tal pasado, no es de extrañar que me sienta decepcionado con la situación que atraviesa desde hace años un deporte al que amo.

Me gusta la política, una actividad que vinculo al interés común, a la función pública, a la mejora de la sociedad en la que vivimos. La sigo desde hace años: la política nacional y cada vez con más gusto, la política internacional.

En el Ecuador de mi formación universitaria, sociología política fue la especialidad por la que me decanté, y después como profesional de la investigación sociológica, he tenido el placer de colaborar en varios estudios sociopolíticos.

Con tales antecedentes, tampoco resultará extraño que me sienta decepcionado con la situación actual de la política.

¿Y por qué un post sobre ciclismo y política? Porque encuentro interesantes similitudes en la actitud con la que sus principales protagonistas (equipos y partidos, corredores y políticos) afrontan las situaciones de crisis.

crisis

Por lo general, la primera respuesta suele ser la negación (“todo es falso”, “se trata de un error”…), para dejar paso posteriormente a la escenificación de un discurso que suele recurrir al victimismo con un doble fin: por un lado, intentar defenderse, y por otro lado, aglutinar al grupo de pertenencia (fans, seguidores, compañeros de partido, votantes, etc.).

Esta posición eminentemente defensiva suele ser lo contrario de lo que exige la opinión pública cuando se destapa un escándalo, quien en tales momentos demanda transparencia, hablar claro y dar la cara evitando intermediarios o portavoces.

El resultado es conocido: pérdida de confianza, desafección, indignación, devaluación de la reputación…

Sin embargo, vemos como años después, al final de la carrera profesional o cuando ya no se está en la primera línea política, el discurso adquiere otro cariz. Es entonces cuando los protagonistas reconocen sus errores o hablan de prácticas que antes decían desconocer, buscando en la mayor parte de los casos la expiación, acallar su (mala) conciencia o incluso, saldar cuentas con terceros.

¿Es posible recuperar entonces la confianza, el afecto o la reputación perdida? Difícilmente.

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9 respuestas a Política y ciclismo

  1. Maite dijo:

    Jaime, me parece un discurso interesante; el paralelismo entre política y ciclismo es oportuno; sin embargo no estaría de acuerdo con la conclusión en lo que respecta a la política (el ciclismo lo sigo menos aunque el Tour lo veo, eso sí, desde un sillón).
    No tengo conciencia de haber oído seriamente disculparse, reconocer errores (tal vez en un amplio contexto y para echar la culpa a otros…, o lo que tu llamas «saldar cuentas»), y reparar el daño hecho, a políticos que hayan prevaricado, «robado», espiado, difamado… etc…

  2. jbiencinto dijo:

    Hola Maite. La verdad es que no es muy frecuente que los políticos terminen por reconocer sus errores; al menos por estas tierras nuestras…

  3. El Vigía dijo:

    ¡Qué identificado me siento contigo! Me ha encantado siempre el ciclismo, desde los tiempos de Bahamontes y Loroño (y Anquetil y Gaul) o los de Merkx y Ocaña. Está claro que soy más viejo que tú.
    Ahora me siento como si me hubieran estafado…y encima no sé cuánto, ni quienes, ni cuantas veces.
    Con la política pasa lo mismo: estoy seguro de que no todos nos han estafado pero sí muchos de ellos y ni siquiera sabemos quienes ni cuánto (aunque suponemos que es mucho).
    El problema es que si el ciclismo puede ser prescindible, no podemos prescindir de la política, aunque sí, seguramente, de la mayoría de estos políticos.
    Y, desde luego, todos necesitan una clase de comunicación en tiempos de crisis (o simplemente de comunicación).

    • jbiencinto dijo:

      Rodrigo, tienes más razón que un santo: eres más mayor que yo. jajaja

      En serio, del ciclismo no me gustaría prescindir, pero estoy contigo: la política es imprescindible. Como dicen algunos, es tiempo de más política.

      Un saludo.

  4. Vanesa J. Sánchez Fernández dijo:

    Me ha parecido un post muy interesante, aunque debo reconocer que no soy aficionada al ciclismo. Reconozco que tienes razón al trazar un paralelismo entre la política y el ciclismo, todos lloran cuando les han pillado una vez retirados. Aunque soy de las que no se creen las disculpas ni el arrepentimiento de unos ni de otros, sino en el animo de lucrarse por encima de sus posibilidades reales.

  5. Alicia González dijo:

    Además de preparación, una cierta inteligencia y capacidad para sortear obstáculos, los políticos, igual que los deportistas, deben tener sentido de disciplina, esfuerzo y superación. Es verdad que hay deportistas que se dopan. Afortunadamente, cuando son detectados, son expulsados y no pueden volver a participar en otras competiciones. Algo así necesitaríamos que ocurriera con la clase política de este país. Uno de los grandes problemas que tenemos que afrontar es que no contamos con una tercera alternativa política, capaz de capitalizar la desilusión y el descontento social en que nos hallamos inmersos.

    • jbiencinto dijo:

      Alicia, no creo que la cuestión esté en el número de opciones reales de gobierno, pero sí comparto contigo la sensación de que falta un sistema de sensaciones.

      Gracias por tu comentario!

  6. Javi Martín dijo:

    Interesante post. Yo lo que creo es que lo que falta no es tanto preparación (en algunos casos SI) y por supuesto no está demás mejorarla, sino mas bien lo que faltan son escrúpulos, ética, moral,…. llamalo como quieras, impera el «todo vale mientras no me pillen…» aplicable tanto al ciclismo, como a la politica, como a cualquier ambito de la vida…..
    Después si me pillan…… da igual, que «me quiten lo bailao» y encima con un pelin de suerte ni voy a la carcel, ni devuelvo lo sustraido …. esto por desgracia solo aplica a la politica, en el deporte al menos los quitan las medallas, titulos y los sancionan por X tiempo….

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